domingo, 15 de noviembre de 2009

CUENTOS CHINOS...DE TERROR



La visita asiática del Presidente norteamericano devuelve al tablero una de las piezas más conflictivas de la relación entre EE.UU. y los países del área: el problema cambiario. Hace unos días, el director general de una empresa industrial, implicado en todo aquello que puede comprometer el resultado de una empresa, a saber, tipos de cambio, de interés, petróleo, electricidad, gas, y alguna materia prima más que lo delataría, me enviaba el enlace al blog de un conocido comunicador y experto en redes sociales, que titulaba uno de sus recientes post, “El dólar fantasma”.

Esencialmente en el escrito se relata una especie de actuación a la desesperada en apoyo del dólar ejecutada por bancos centrales asiáticos en la madrugada de jueves a viernes del pasado 9 de octubre. Defendía el autor en clave de crónica, que aquella noche, el dólar se hundía, y fueron los asiáticos en compañía de los rusos quienes, en defensa de sus propios intereses, evitaron el desastre. Efectivamente los terminales informativos señalaron aquel día intervenciones de bancos centrales asiáticos. No es difícil detectar posibles intervenciones, y particularmente en los mercados asiáticos, donde por otra parte son plato que se sirve con mucha frecuencia, si bien responden más a menudo de lo que se pretende, a interpretaciones erróneas de actuaciones de entidades privadas. Y es que son contadas las ocasiones en las que los bancos centrales confirman este tipo de actividad. La cuestión es que los importes que se negocian diariamente en los mercados de divisas son tan elevados, que cualquier cifra, incluso modesta, puede parecer escandalosa y es susceptible de ser incorrectamente interpretada.

Sirve sin embargo este tipo de interpretación para poner de manifiesto uno de los extremos del debate que se está dando sobre el futuro del dólar como divisa de reserva, y en particular el papel que en ese futuro de la divisa norteamericana corresponde a las economías emergentes, titulo este que según algunos debe de estar a punto de caducar, y que fue uno de los grandes inventos de los creadores de derivados en la mitad de la década de los noventa, cuando para colocar con éxito sus notas estructuradas entre los inversores hubieron de encontrar un nombre sugerente de implicaciones positivas para sustituir al más común de “países menos desarrollados” de considerablemente menor sex appeal.

El caso es que a pesar de la buena acogida que se está dando al presidente norteamericano , la cumbre de la APEC que reunía al final de la pasada semana a 21 líderes mundiales del área del Pacífico, no pudo acabar mencionando en el comunicado a los mercados de divisas, y es que todo apunta a que chinos y norteamericanos no se pusieron de acuerdo en las palabras a utilizar, cuando en el borrador que se les presentó se hablaba de “market based orientated exchange rates”. Durante la sesión de jueves y viernes, la recuperación del dólar frente al euro estuvo en parte basada en la expectativa de una mayor flexibilidad cambiaria de China, hablándose incluso de revaluación, actuación que se supone liberaría presión alcista sobre el euro. Cuando a media tarde del vienes se supo de la ausencia de referencia en el comunicado al mercado de divisas, el dólar volvió rápidamente por encima de los 1,49.

Pero si hay dudas sobre la sostenibilidad del dólar y el enorme déficit fiscal norteamericano, algunos sobresalientes inversores tienen serias dudas sobre la sostenibilidad de los chinos. El más famoso es el gestor multimillonario Jim Chanos, que saltó a la fama en 2001 al denunciar que los estados financieros de ENRON eran “pura ficción”. Es lo que ahora advierte sobre la economía china, de modo que conviene saber que los cuentos de terror no solo tienen a los norteamericanos como protagonistas.

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