miércoles, 26 de mayo de 2010

¡YA VALE!


Muchas vestiduras rompen estos días aquellos que se dicen escandalizados por la dictadura que imponen los mercados. ¿Para qué votamos a los partidos si luego nos gobiernan los mercados financieros? Buena pregunta para una viñeta, pero ¿que hacer si sospechas que alguien a quien has prestado va a tener dificultades para pagarte? No le das más crédito, y si puedes, intentas vender a otro esa deuda. Y eso si crees en la versión dulce y asumes que las reglas del mercado no están alteradas. Aun así, siempre hay algún fondo especulativo al que acusar de querer sacar partido. Y gracias, porque cuando ya ni los especuladores están dispuestos a jugársela, ocurre lo que primero ocurrió a Grecia y ahora a Portugal, que combinadas sus carencias con el escaso tamaño de sus mercados, nadie se mete. Esto acontece cuando el desequilibrio entre lo que puedes ganar y lo que arriesgas es tan grande, que ya solo el BCE está comprando su deuda. Es decir, que al final, la compramos todos.

Dice The Economist que es patético esconder la ignorancia detrás de las acusaciones a los hedge funds. Zona de encuentro entre compradores y vendedores. Eso es el mercado. Necesita de autoridades reguladoras, intermediarios y auditores. Pero también hay sinvergüenzas y ladrones. Cuanto más abundan estos últimos, más compradores y vendedores abandonan. Todo empieza por lo listos que se creen unos frente a otros. Los listos hacen trampas que los auditores no denuncian y de ello sacan provecho los reguladores, y al final, cuando el comercio se colapsa, llegan los observadores y nos dicen que aquello parece el Aventino tras el asesinato de Cesar. Visto desde el poder romano, una amenaza. Y entonces se denuncia a los mercados. ¿No querremos decir bancos cuando decimos mercados? ¿Y los auditores? ¿quienes auditan Cajasur? ¿Cómo es que llevamos dos años sin saber lo que ocurre en el sistema financiero europeo? ¿de donde salen los “agujeros” que aparecen tras las intervenciones? ¿se le habían escapado a auditores y reguladores? Quizá ocurra como en el chiste, que todos buscan donde queda luz, -empresas y familias-, sabiendo de sobra que la pérdida se ha producido más lejos. Pero claro, allí no hay luz. Ahora que hay poco negocio y ningún prestigio en la zona oscura, los saqueadores y sus cómplices acuden donde hay luz, se ponen de perfil, y someten a empresas y familias a la dictadura de un supuesto rigor que no quisieron ni quieren para si y sus amigos. Y los gobernantes, estúpidos, no persiguen a los banqueros ni a sus encubridores. Solo quieren seguir a salvo, a hombros de empresas y familias. Y salen los torpes y cobardes, y dicen que son los mercados. ¡Ya vale!

domingo, 23 de mayo de 2010

A LA REFORMA, SOLO Y OBLIGADO



Enfrentado a un espejo en el que ya apenas se reconoce, y cada vez más presionado, Rodriguez Zapatero tendrá de nuevo que tomar decisiones difíciles esta semana.

Tras un recorte de derechos sociales que nunca pensó tener que anunciar, se arriesga con toda probabilidad a la necesidad de regular una reforma laboral sin consenso. Entonces, la paz social que tanto sirvió de argumentó para justificar los sucesivos retrasos de la reforma, estará también en peligro. Es lo que anuncia el nuevo discurso de las organizaciones sindicales, en el que ya tiene cabida la expresión que el presidente más ha temido a lo largo de su mandato, la huelga general.

Desde que en 1980 el Estatuto de los Trabajadores estableció el marco de relaciones laborales en nuestro mercado de trabajo, seis han sido las reformas efectuadas. Siendo ambiciosa la que en 1994 promovió el último Gobierno de Felipe González, -entonces bloqueada por los sindicatos-, fue la tercera, la llevada a cabo en 1997 por el primer Gobierno del Partido Popular, la única que logró reducir significativamente la tasa de desempleo. Los resultados hablan por si solos. Al tiempo que la población activa pasaba de 16,2 a 17,8 millones, la tasa de desempleo bajaba en cuatro años desde el 20% hasta el 10%. Los objetivos declarados entonces eran reducir la contratación temporal e impulsar la contratación indefinida. Trece años después, volvemos a donde estábamos. Pero peor.

Ahora ya no puede ser el primer objetivo de la reforma la sustitución de contratación temporal por indefinida. Siendo visible a través de nuestro desequilibrio con el exterior la pérdida progresiva de competitividad, pero obligados a competir en un mercado cada vez más global y sin la herramienta fácil de la devaluación al alcance, una profunda reforma del mercado de trabajo es exigida desde hace demasiado tiempo. El Gobierno de Rodriguez Zapatero tuvo la oportunidad de efectuar reformas más profundas en 2006, pero entonces se limitó a introducir subvenciones, y a promover, durante un breve lapso de meses, la conversión de empleos temporales en fijos.

La prioridad en este momento, ya ni siquiera pasa por tratar de contener la destrucción de empleo. Sería insuficiente. La reforma que exige nuestro mercado de trabajo es tan profunda, que difícilmente puede salir de las manos de un Gobierno que cada día las tiene más atadas. Sin herramientas monetarias, y agotada la capacidad de gasto público, es la reforma del mercado de trabajo la herramienta más importante, y quizá ya la única que resta a este Gobierno para evitar conducirnos, en el mejor de los casos, a un largo periodo de estancamiento económico.

jueves, 20 de mayo de 2010

CRISIS EN EL EURO


Hacía tiempo que no se daba una sesión en los mercados de divisas tan sujeta a rumores como la que estamos teniendo hoy. Hasta el punto de que hace apenas unos minutos, un portavoz del Gobierno griego ha tenido que desmentir “categóricamente” que su país esté considerando abandonar la Eurozona. Atribuían tal intención al Ministro de finanzas griego.

Desde que Alemania decidió unilateralmente anoche limitar las posiciones cortas, el ambiente se ha enrarecido considerablemente. Han abundado las declaraciones, pero vuelve a destacar la efectuada por la Canciller alemana que señaló que el euro está en peligro. Según un documento del Gobierno alemán al que ha tenido acceso Reuters, los miembros de la EZ con déficit y deuda excesivos son considerados por los alemanes un riesgo. Subraya el documento que los países que incumplan, deben de ser sancionados de modo rápido y efectivo, llegando a cancelar y retirar toda la ayuda estructural. En ningún momento se hace referencia a la expulsión de la moneda única.

Lo que llama la atención es que estaba previsto un encuentro del Eurogrupo pasado mañana viernes en Bruselas, y según fuentes diplomáticas, este encuentro ha sido suspendido. El desencuentro entre países centrales de la EZ está siendo demasiado visible. Afecta tanto a la medida alemana contra las posiciones cortas, frente a la que el regulador francés se muestra en desacuerdo, como a la supervisión fiscal que quieren imponer los alemanes, y que el Ministro holandés de finanzas ha considerado como “muy difícil” de aplicar a su país.

En medio de esta confusión, se está registrando una fuerte intervención del Banco Central de Suiza para frenar la apreciación de su divisa. Algunas fuentes señalan que la entidad “está tirando la casa por la ventana” y señalan cifras de 13.000 millones de euros los que han podido ser comprados por los suizos. En algunas ocasiones durante la mañana se han registrado fuertes repuntes del euro, que han creado alarma, y que se relacionan con esta intervención.

Hay desconcierto, porque a todo lo anterior se suman los rumores sobre intervenciones del BCE que han estado presentes desde primera hora de la mañana. Los mercados de renta variable europeos cierran con recortes pronunciados, en el área del 2-3%, y el enigma final lo ponen de nuevo los alemanes. Fue a media mañana, cuando desde altos niveles del Gobierno alemán se calificó la sesión del próximo lunes 24 de mayo como “dramática” sin más explicaciones. Quizá sea en esta clave que quepa considerar la posible cancelación del encuentro que estaba previsto el viernes.

Así pues, los indicios apuntan a que las diferencias dentro de la UME pueden estar siendo muy importantes. Sin duda eso tendrá importantes consecuencias.

viernes, 14 de mayo de 2010

SALTANDO EN MARCHA




No es extraño que los mercados corran como pollos sin cabeza. El Ibex se deja el viernes los dientes en el parqué, incluso después de que el Gobierno anunciase lo que medios políticos y económicos han denominado "el recorte de derechos sociales más importantes de la historia de nuestra democracia". Golpe de timón en España, pero solo después de que los dos principios básicos de la Unión Económica y Monetaria Europea hayan sido dinamitados. ¿Cuales son? Seguro que los conoce. El primero, que los países miembros han de ser responsables de sus propias finanzas. El segundo que el BCE solo es responsable de la política monetaria. Ambos han sido ampliamente revasados.

La Unión Monetaria se ha salido de la autopista y ahora circula a oscuras por campo abierto. Muchos son los pasajeros que están saltando de sus vehículos a la mínima oportunidad, y más velozmente de aquellos que se supone que pueden estar más averiados. No nos extrañemos que sea el caso de España. Le siguen otros, pero basta un vistazo al ranking de los índices bursatiles europeos al cierre del viernes, y se puede tener buena idea de que vehículo saltan más atropelladamente los pasajeros.

Quizá por vivir en la oscuridad permanente, algunos responsables políticos pueden no ser conscientes de que el euro, que es la expresión final del vehículo común, ha abandonado sus principos fundacionales. Puede entenderse que desde Estados Unidos, figuras respetadas como el Ex Presidente de la Reserva Federal Paul Volcker se refieran a la posible desintegración del euro. Incluso que lo haga el máximo ejecutivo de uno de los fondos de inversión más respetados. Lo que no cabe entender, es que la tarde del viernes se haya consumido en medio de rumores, desmentidos y "no coment" sobre recientes amenazas del Presidente francés de abandonar el euro. Si esa filtración, como parece deducirse de la información publicada por el diario El País, se hizo desde España, y en concreto desde círculos próximos al Gobierno, no le arriendo la ganancia al Presidente. El saldo de la sesión es un euro en caida libre, la convocatoria de urgencia del G7 este fin de semana, y la seguridad de nuevas medidas extraordinarias antes de la apertura de los mercados el próximo lunes. Ahora si convendría decir aquello que gustaba decir nuestro Presidente del Gobierno. Buen fin de semana, y buena suerte.




Este artículo ha sido publicado en Diario Crítico.

¿PORQUE EMPEZAR POR EL FINAL?


Hay ocasiones en las que uno no se siente especialmente orgulloso de sus colegas de profesión. Aunque entre ellos estén algunos amigos. Cuando el miércoles abundaban, con más o menos matices, las reacciones de alabanza a las medidas anunciadas por el Presidente en el Congreso, francamente, fue un mal rato. Imposible no pensar en que intereses defendía cada uno. En unos casos se revelaban evidentes. En otros, simplemente parecían aliviados porque otros cargaban con el mochuelo que, de momento, salvaba sus trabajos. No era para sentirse orgulloso. Estaba empatando el Atlético de Madrid, y llaman de Radio Mitre de Buenos Aires. Querían alguien que opinase en contra de las medidas. No me extrañó que no lo encontrasen. Lo pensé unos segundos; 48 años sin ganar una final era demasiado tiempo; “Lo siento, yo también estoy a favor”. Con un punto de mala conciencia, me dispuse a seguir confiando en que esta vez sí.

Así como participo de la alegría de los sufridos atléticos, no entiendo demasiado lo que celebran los mercados. Y menos entiendo lo que celebran los analistas. Dice en su columna de Financial Times Martin Wolf que “los mercados financieros alimentaron la orgía y ahora se niegan a financiar la limpieza” para después añadir “los gobiernos (…) al insistir en que no habrá impagos, están protegiendo al sistema financiero de su estupidez”. Quizá porque son muchos los analistas que sirven a un sistema financiero estúpido, están satisfechos de que otros paguen la cuenta. Incluso pueden llegar a creer que el Gobierno ha actuado llevado por el arrojo y la pericia. Si así fuese, ¿cómo es que ha empezado por el final?

La única respuesta que cabe, es que algo importante ha de estar gestándose en la Unión Europea. Y ha de ser a considerable velocidad, porque al menos yo, no sé ni en que consiste el plan del domingo, ni de donde van a salir los 750.000 millones de euros que dicen que van a emplearse en el rescate de la UME. Algo ha de haber tras la velocidad a la que el Tribunal Constitucional alemán rechazó la demanda de inconstitucionalidad por la ayuda a Grecia, o del vertiginoso anuncio francés de congelación del gasto público, o de la reacción de pánico del miércoles del Gobierno español.

Simplemente, cualquiera que conozca un poco las AA.PP. sabe bien la cantidad de fugas que padece. Y no hace falta hablar de robar. Pero se ve que no hay tiempo, y por eso el Gobierno empieza por el final. Atragantándose. ¿Cómo puede celebrarse una solución que no es solución? ¿Quien celebra que funcionarios y pensionistas paguen las cuentas de los bancos, que tanto dinero han ganado empantanados en deuda pública? Así que puedo llegar a entender lo que me decía ayer un buen amigo que a modo de descargo se confiesa “rojo”: “¡A la Bastilla!”. La verdad, prefiero esperar a la no nacida respuesta en gestación.

martes, 11 de mayo de 2010

NO CABE ESCONDERSE


Con la vista puesta en Portugal y sobre todo en España, podemos felicitarnos porque acabamos de salvar una situación extrema. Estábamos ante lo que ofreciendo todos los síntomas de ser una grave crisis de liquidez a corto plazo, amenazaba con hacer real la posibilidad de una crisis de solvencia a largo plazo. La confianza de los inversores internacionales en España estaba deteriorándose a un ritmo alarmante. Vista la reacción de los mercados ayer lunes, todo apunta a que la intervención de la Unión Europea, conjuntamente con el Banco Central Europeo ha servido para frenar el acelerado deterioro que amenazaba con arrastrarnos a una situación similar a la que ahora padece Grecia, cuyo destino depende ya casi en exclusiva de la ayuda de sus socios europeos.

Como ciudadanos, la intervención que está teniendo lugar en los mercados financieros desde la mañana de ayer, no puede sino reconciliarnos con las instituciones europeas, porque, al menos de momento, ha evitado que nos encontrásemos más pronto que tarde en serias dificultades financieras. Nuestra deuda bruta, tanto pública como privada, estimada en cerca de 3 veces el valor de nuestro PIB precisa de ser renovada periódicamente por parte de unos inversores extranjeros de cuya confianza dependemos, y a quienes debemos ofrecer garantías suficientes de que seremos capaces de hacer frente a nuestros compromisos. Esa confianza se estaba perdiendo aceleradamente, acentuándose a la par que el Gobierno anunciaba largas listas de medidas, discutidas en el mejor de los casos, eludiendo sin embargo aspectos tan críticos como la reforma de uno de los mercados de trabajo más injustos e ineficientes entre los de las economías desarrolladas.

Tras lo ocurrido este fin de semana, y la inicial reacción de los mercados, el Gobierno no podrá seguir escondiéndose. Cabe que vuelva a caer en la tentación de culpar a los mercados financieros, pero ahora, ya no solo rinde cuentas ante las urnas, sino que también ha de hacerlo ante sus socios en Europa, a los que habrá de convencer de que España merece el crédito que poco a poco al principio, y aceleradamente estos últimos días, estábamos perdiendo.
La oportunidad de colocarse ante la opinión pública para explicarle lo que hasta la fecha se le ha venido disfrazando como una crisis ajena a este Gobierno, se da ahora. En lugar de excusarse tras las medidas europeas, la responsabilidad de nuestros gobernantes les exige aprovechar que las circunstancias nos están ofreciendo una segunda oportunidad, de la que por si solos no hubiésemos disfrutado. Con el respaldo de la Unión Europea, tiene este Gobierno, la que posiblemente es su última oportunidad para reconducir la situación de la economía española. Si la desaprovecha, será evidente para todos, no ya su falta de voluntad, sino una manifiesta falta de capacidad.

viernes, 7 de mayo de 2010

YA ESTAN AQUI!!!


Se afirmaba en un reciente análisis de un banco norteamericano, que las crisis de deuda llegan a la fase culminante que exige de una intervención política cuando los diferenciales con su tipo de referencia alcanzan como promedio los 500 puntos básicos. Todo indica que los acontecimientos nos conducen en esa dirección. Saber si hemos atravesado ya el punto de no retorno, es una incógnita que puede quedar resuelta en cuestión de horas. Otro banco, no mucho antes, utilizaba referencias históricas para estimar en el 20% del PIB la cifra necesaria para acudir en rescate de un país. En Grecia, la suma comprometida el domingo pasado es más del doble.

Estamos ante lo que ofrece todos los síntomas de ser una grave crisis de liquidez a corto plazo, generada por el temor a una crisis de solvencia en el largo plazo. Todo apunta a que algún tipo de intervención sobre los mercados va a ser precisa en breve. Cómo será la intervención y como nos afectará, es difícil de pronosticar. Pero hay algunas pistas.

El BCE lo niega, pero es posible que el primer asalto del debate haya tenido lugar. Cerraba ayer la puerta a la posibilidad de efectuar la compra de bonos estatales de cualquier país de la Unión. No hay sin embargo impedimento legal alguno en el Tratado de la UE para que el BCE compre en el mercado secundario los títulos que no está autorizado a comprar en el primario. Se recogían ayer las declaraciones del Presidente del Bundesbank señalando que “las legítimas aspiraciones a prevenir el riesgo de contagio sobre el sistema financiero, no justifican utilizar cualquier medio”.

Pocas dudas caben a que el mensaje va contra esa intervención. Ahora bien, si la rentabilidad del bono a dos años de Portugal se acerca ya al 6%, y los portugueses se han comprometido a ayudar a Grecia a tres años al 5%, ¿quién ayudará a Portugal? ¿solo Alemania? A España, Grecia no le debe mucho, pero sí Portugal. Si los datos que expone esta semana The Economist son correctos, los bancos españoles tienen 60.000 millones de euros de pasivos portugueses. El euro cabalga en dirección a su peor semana en dos años de infarto. El índice de miedo VIX se multiplica por dos en unos días y supera los 40. Baja el petróleo más de 10 dólares y sube el oro muchos más. No lo creíamos, pero aquí lo tenemos. Puede ser de inmediato. Después, cada uno habrá de enfrentarse a sus demonios. Para abrir boca, Francia se adelanta. ¿Tendrán alguna pista? Ayer mismo anunciaba tres años de congelación del gasto público. ¿De que color es el caballo blanco de Santiago? Pues eso.

domingo, 2 de mayo de 2010

NO ENTUSIASMARSE


Apuesto a que se puede llenar este espacio de buenas noticias. Se puede contar que no estamos lejos de recuperar los niveles de actividad del comercio mundial de los felices días de la exuberancia irracional; por ejemplo, con tasas de crecimiento anualizado del 20% en febrero. Se puede contar que el denostado FMI ha elevado en solo seis meses su pronóstico de crecimiento mundial en un punto porcentual, para ponerlo en el 4,2%. Se puede contar que el valor total del PIB mundial ya roza aquellos niveles de los felices años del boom previos a la recesión. Se puede contar que la Reserva Federal opina que la actividad en EE.UU. continua reforzándose, y que el mercado de trabajo empieza a mejorar. Se puede contar mucho sobre el crecimiento previsto este mismo año para Brasil (7%), para India (9%) o para China (11%). Se puede contar que las exportaciones chinas crecieron un promedio del 30% en tasa interanual en el primer trimestre de 2010, cuando en el segundo de 2009 caían un 23%. Se puede contar que incluso en Japón, la producción industrial mejoró a ritmos interanuales del 20% en enero y del 30% en febrero.

También se puede contar lo que han subido los mercados de valores en los doce últimos meses (70-80%). Se puede contar que el índice VIX, que mide el miedo a través del coste de la opción de asegurarse contra futuros descensos del mercado, ha llegado a estar estos días tan bajo como en mayo de 2008. Y aún a pesar de su repunte de esta semana, está en 20, y no en 80 como estuvo. Se puede contar que el FMI, rectificando sus propios cálculos, dice ahora que el importe que los bancos del mundo “se han fumado” en pérdidas, es un tercio menos de lo que había estimado estimaba.

Más cerca, -y son datos de esta semana- se puede contar que Iberdrola Renovables sube el primer trimestre su beneficio un 37% y un 30% su CF operativo, o un 77% este último en el caso de Gas Natural. O que Acerinox pasa a ganar 10 M€ este trimestre después de perder 93 M€ el mismo de 2009. Dice incluso un economista amigo, que según sus estimaciones, es la economía española la que, entre las de los países desarrollados, más dinamismo ha mostrado en sus exportaciones. Más que Reino Unido con su depreciación del 30% incluido.

Podemos seguir, porque también sube el Baltic Dry Index (el que mide el tráfico marítimo) y por supuesto los indicadores adelantados de actividad, confianza y/o clima empresarial, que como es el caso del ISM norteamericano (índice de gerentes de compra), está en el más alto nivel desde 2004.

Dicho lo anterior, va a resultar que lo que conviene recomendar es, no entusiasmarse. ¿A que viene entonces ver a todo el mundo corriendo, como si llevasen la cabeza bajo el brazo? Tiene algo de asombroso. ¿Qué le parece que los mercados de divisas estén tan tranquilos? ¿Le ha ofrecido su banco deuda griega? ¿Quién la compró a manos llenas el año pasado? Al problema le llaman Grecia. Falso. Grecia es historia. Perdió su destino. De lo que hay que hablar es de los bancos. Del euro y de los bancos. Y algo de las agencias de rating. A pesar de la rebaja, de los CDS, de los bonos, del miedo de unos y de los medios de otros, aquí, además de continuar con algunos Ministros parvos, y un Presidente del Gobierno que no sabe -o no quiere saber- por donde le entran; ni vamos a suspender pagos, ni a ser expulsados del euro, ni nada que se parezca. Por ese lado, no merece la pena estar intranquilo. Por lo demás, seguimos con lo mismo. De modo que conviene no entusiasmarse. Lo seguro es que, ¡VAMOS A PAGAR UNA CANTIDAD DE IMPUESTOS...!