martes, 25 de enero de 2011

“Y NO LA VENDO PORQUE …”


El Gobierno revolucionó un poco más el panorama bancario, ya revuelto, con la exigencia de más solvencia al sistema financiero en general, aunque con la vista en las Cajas. Formalmente: Transparencia, confianza, recuperar control. Una pena haberse empecinado tanto tiempo en “nosotros no”. En fin…

¿Qué implica para cada uno?, esa es la cuestión. La primera reflexión es que la vida va a ser sin duda más dura para el sistema financiero. He visto y leído demasiados análisis como para poder decir con algún grado de seguridad si los 20.000 millones son suficientes. En gran parte, -en casi toda- depende del valor –y posterior evolución- que quiera darse a los activos –sobre todo inmobiliarios- que el sistema tiene en sus balances. Aparentemente con estos 20.000 millones se completan, hasta 100.000 millones, las ayudas ya entregadas, y sobre todo las provisiones específicas y genéricas de las que tanto tiempo se ha presumido, que sin duda son buenas, pero desde anteayer ya queda oficialmente claro que no son suficientes.

¿Que ha de ocurrir? Las cajas/bancos precisan aumentar en 2011 su solvencia hasta un límite que el sistema financiero mundial no precisa hasta 2013. Esa solvencia ha de calcularse considerando las cifras del recién terminado 2010 y que habrán de presentar antes del 28 de febrero. Los que no lleguen al mínimo tienen que apañarse para conseguirlo antes de septiembre. Significa que han de mejorar su capital básico –en el que no sirven híbridos de capital- en relación a sus activos ponderados por riesgo. En principio, en esta merienda de normas y cifras, ya no habría lugar a manipular a partir de los datos que se den a finales de febrero, pues el análisis del capital preciso se hará sobre la foto de los activos de diciembre de 2010. Si la situación fuese esta, las entidades no tendrían por que entrar en una loca carrera de ajuste de activos, pues el ajuste solo puede hacerse elevando el capital básico o “core capital” como quiera llamársele. Significa esto, que mientras no aparezcan necesidades nuevas o trampas viejas en el sistema financiero, los procesos de negociación bancaria no habrían de verse más afectados que hasta ahora por esta norma. Cualquier proceso debería de tener como horizonte estar cerrado en septiembre. Simplemente porque si alguna de nuestras entidades están entonces en situación de ser intervenidas, las circunstancias a partir de ese momento pueden ser otras. Todo lo demás, no cambia. Hasta aquí lo bueno. Ahora lo malo.

Me lo advertía ayer un alto ejecutivo cuya compañía esta participada por Cajas. “Y no vendo a mi madre, porque no está entre las participadas”, le espetó un directivo de su Caja. Esa es la más seria amenaza que pende sobre muchas empresas que forman la cartera industrial de las Cajas. Las ventas están siendo generalizadas y el riesgo de caer en manos impropias es alto. Muchos buenos negocios se arriesgan a ser pasto de truhanes a la búsqueda de gangas que revender por partes. Es una derivada asoladora de lo que el Gobierno entiende como una medida de transparencia para reforzar al sistema financiero. Y es que llegar tarde y corriendo, nunca fue bueno.

lunes, 17 de enero de 2011

LAS ALTERNATIVAS DEL PLAN B


Dice The Economist en su portada de esta semana que en la crisis del euro ha llegado el momento del PLAN B. Utilizando el título del artículo del polémico Paul Krugman se pregunta el suplemento semanal Negocios del diario El País, si tiene salvación Europa. En el improbable caso de que uno se hubiese dejado llevar por la euforia de los mercados de la segunda mitad de la semana pasada, las lecturas más frías del fin de semana seguro que la han eliminado de raíz.

No está muy bien visto arrimarse a la orilla y vislumbrar entre la niebla. Los mensajes que hablan de esfuerzo y sacrificio rara vez reciben aclamación popular. Menos aún cuando no existe percepción de responsabilidad. El Plan B, o más bien una forma de Plan B, está a nuestro modesto entender ya en marcha. El Plan A, que fue el aplicado a Grecia e Irlanda no vale para Portugal y España. Hay que ensayar otros modos. Lo ocurrido esta última semana con las emisiones de Portugal y España busca “Resistir”. Esa es la primera alternativa de las cuatro que resume Krugman. Dice The Economist, que hay que “reestructurar”. Esa es la segunda alternativa de Krugman. Profundizan los británicos y señalan que es lo que ha de hacer con urgencia Grecia, y después Irlanda. Quizá también Portugal, y cree que no necesita hacerlo España. Las Cajas de Ahorros son la zona más oscura, tirando a negra. Soñando con la ficción de volarlas de un plumazo, la situación española en poco diferiría e incluso aventajaría en solvencia a las economías centrales de la eurozona. El miedo que hace a muchos pensar en proteger sus dineros es la tercera alternativa de Krugman: “Argentina”, con abandono del euro y devaluación con congelaciones de fondos. Dice el norteamericano que está dentro de lo posible. Impensable a mi modo de ver. Queda una posibilidad más, y es lo que la mayor parte de técnicos defiende: “Más Europa”. La fiscal. Es la cuarta de Krugman.

Regresemos al Plan B. No vislumbro que esté concluido ningún Plan B. Decía el viernes el Comisario Almunia que habrá novedades muy importantes en pocas semanas en relación a la crisis de deuda. Habrá, seguro, un poco de cada una de tres entre las cuatro alternativas resumidas por Krugman. La que se queda fuera, al menos de momento, es la solución Argentina. Así están las cosas en este momento. Existe una razonable probabilidad de que se continúen tomando medidas –interviniendo el mercado- para alargar al máximo el periodo de resistencia, que más o menos pronto se anuncien avances en la “solidaridad fiscal” europea, -es posible que articulada a través de alguna forma de Tesoro europeo- y que finalmente las deudas de Grecia (soberana) e Irlanda (soberana y bancaria) sean reestructuradas. Portugal se sumará después a la reestructuración, y España, que se salvará de igual destino, habrá de recapitalizar con urgencia las Cajas de Ahorros. Es posible que haya de ser con nuestro dinero. Será lo de menos. Lo demás, sacrificio –como siempre mal repartido- y esfuerzo.

jueves, 13 de enero de 2011

NECESITO AIRE


De bancos. Del riesgo que suponen. Para los que tienen dinero. Para los que lo deben. Para los que no saben exactamente en que lo tienen invertido, o quien realmente lo tiene. Para los que no saben exactamente sí, y durante cuanto tiempo, se lo seguirán prestando. Para los que su empresa va mal y para los que va bien. Del riesgo de los bancos se ha hablado desde 2008, pero se habla más ahora. Y aquí, en España, se habla ya no de bancos en general, sino de bancos en particular. De mi banco, de mis bancos. Y se pregunta con un temor como en ningún otro momento anterior nadie pueda recordar.

Hace unos días una de las gestoras más importantes del mundo, PIMCO, anunciaba la práctica retirada de sus fondos de los países periféricos europeos. El Banco Central de Suiza se veía obligado a dar una explicación de por qué no compra deuda portuguesa, el martes, el diario británico Times señalaba que la liquidez norteamericana se está retirando de los bancos europeos. Para ello citaba expresamente al fondo de dinero Vanguard, que habría retirado su liquidez de los bancos de Francia, Alemania, Italia y España, u otros gestores norteamericanos que señalaban su no disposición a renovar a su vencimiento las posiciones de liquidez en bancos europeos. Sumemos a esto lo señalado por el Banco de Portugal que ya anticipa que su sistema financiero seguirá dependiendo del BCE para obtener la liquidez necesaria este y el próximo año, o el CEO de Barclays diciendo que deben de dejarse quebrar a los bancos. Tampoco faltó nuestra propia versión. El portal financiero Cotizalia, publicaba esta semana una exclusiva en la que apuntaba que el banco norteamericano JP Morgan pronosticaba una próxima y fuerte reducción de la calificación crediticia del sistema financiero en general y del español en particular. Lo más llamativo, el descenso anunciado de seis escalones en la calificación de entidades como Caja Madrid, que junto a Bancaja o la CAM, verían su calificación crediticia reducida a la categoría de bonos basura. Otros también recibirían su ración de ajuste, incluyendo a los más grandes.
¿Cómo no preguntarse por “mi dinero” y por “mis bancos”? ¿Por qué no? Sin complejos. Que hacer si se habla cada vez más de “quitas”, o del fin de las garantías soberanas. Que menos que preguntarse por las implicaciones de más y nuevos ajustes en el sector financiero. No siempre es fácil encontrar pronta respuesta. Lo más inmediato: hacer inventario. Por el activo: Cuanto más simple mejor. Revisar donde y en que está invertida la liquidez, y hasta donde alcanzan las garantías legales. Por el pasivo: quién me presta, de que forma, cuanto de importante soy para mis bancos, cuantos tengo y quién tiene más papeletas para generar un problema a los demás bancos de mi cartera y por lo tanto a mí. De cuanta liquidez dispongo y para cuanto tiempo. No demorar renovaciones. ¿Reestructurar? Para la próxima ventana puede faltar bastante tiempo. Necesito aire.

domingo, 9 de enero de 2011

BIENVENIDO Y BUENA SUERTE


De siempre los más veteranos advierten a los novatos que no intenten extraer conclusiones para el pronóstico del año entrante de lo que ocurre en las últimas semanas de diciembre. También es este caso se cumplió. Ha sido iniciar el año y el eur/usd después de cumplimentar en los primeros pasos lo que el análisis técnico exigía, se vino a la baja con violencia. Un dato de empleo norteamericano bastante más modesto de lo que se pronosticaba no fue impedimento, y ya el viernes 7 cerraba por debajo 1,30. No era difícil de prever. De hecho se trataba de comprobar si una vez liberados de la historia de 2010, los especuladores seguían teniendo desconfianza sobre el euro. Si así era, lo habrían de demostrar a las primeras de cambio; y con fuerza. Lo hicieron.

Un leve bálsamo fue la visita del viceprimer ministro chino a España, a donde había venido fundamentalmente a dar las gracias por que finalmente el Gobierno accedió a la venta en Octubre de una parte de la subsidiaria brasileña de Repsol. Es esa compra lo que suma el 97% de la cifra de inversiones que esos días aparecía en los titulares. Solo tras recogerlo Wall Street Journal pareció tener importancia, y sus efectos positivos se diluyeron de inmediato, pero algunos medios españoles ya lo habían denunciado el día 5. A pesar de lo que era evidente, quien fue Secretaria de Estado de Comercio y Turismo, me reprendió cariñosamente en nuestro encuentro radiofónico de la noche de Reyes porque en su criterio, al menos esta visita servía para no hablar de crisis, sino de futuro. De jamón, de aceite y de vino a granel, me permití señalar.

“El futuro es muy oscuro” dice la canción, y bien que nos pesa. Aunque siempre se dice que los acontecimientos no entienden de calendarios gregorianos, lo cierto es que en este año nuevo, unos han de poner dinero y otros devolverlo. Nosotros estamos entre los segundos, entre los que han de devolver y volver a pedir. Hasta abril, las semanas serán meses, y lo que puede ocurrir es mucho.

Dice la ministra de economía francesa que este año ningún país abandonará el euro. Según Moodys, una reestructuración de deuda puede estar cercana. El economista jefe de Deutche Bank, pide a los líderes europeos que reaccionen rápido porque la supervivencia del euro no puede ser garantizada mucho tiempo. Su colega de Citigroup, tras fallar en su pronóstico de Noviembre de que Portugal sería asistido en 2010, insiste en Financial Times que ningún país de la UME está realmente a salvo y recomienda que el fondo de rescate sea elevado a 2 billones de euros frente a los casi 0,8 billones hasta ahora aprobados. Cobra cada vez más verosimilitud la posibilidad un Tesoro europeo, iniciado por Francia y Alemania, al que solo se sumarían “los que cumplan”, según una propuesta que, entre otras, tiene la UE sobre la mesa.

Y dejamos al margen asuntos norteamericanos, no menos importantes, como el urgente y amenazador llamado del Tesoro al Congreso para que eleve el límite de deuda. Vamos, para no aburrirse. Bienvenido a 2011 y buena suerte, euro.