lunes, 9 de mayo de 2011

“UNA ESTUPIDEZ”, (MIENTRAS EXISTA ALTERNATIVA)



No se hablaba de otra cosa la tarde del viernes. Un digno broche a una semana que rompe muchos registros. Tras un dato de empleo en EE.UU. que mejoraba los pronósticos, el dólar reforzaba su recuperación. El miércoles estaba en las puertas de 1.50, nivel con el que había tonteado toda la semana. El viernes por la tarde las pérdidas del euro arreciaban. Caía frente al dólar hasta 1,4310. Algo propiciaba tan violento ajuste. La incógnita se resolvió pronto. La publicación alemana Der Spiegel apuntaba en un largo y, como siempre, bien documentado artículo, la posibilidad de que Grecia estuviese barajando abandonar el euro.

Prácticamente toda la prensa mundial se hacía eco inmediato del artículo y no tardaron en llegar los primeros desmentidos, fundamentalmente desde Alemania, que es donde está en verdad el destino de Grecia; como también allí está el de España, dicho sea de paso. De hecho, si algo de poder le queda a Grecia, es precisamente poner sobre la mesa el abandono del euro. “Una estupidez”, así lo calificó el presidente del Eurogrupo, el mismo que hace unos días señalaba que “cuando la situación se pone seria, tienes que mentir”.

Todo el mundo sabe, que lo que no conviene, es imposible, al menos hasta que no existe ninguna otra alternativa. La historia alrededor del sistema monetario en Europa está repleta de “imposibles”. El drama griego, que no el dragma, continúa. Formalmente tiene una nueva cita el 16 de mayo, en una reunión del Eurogrupo que puede estudiar revisar de nuevo las condiciones de la ayuda a Grecia. Es algo que pudo haberse preparado en la/s reunión/es secreta/s que han podido tener lugar desde la noche del viernes.

La clave para muchos en los mercados es si habrá una quita de deuda. No será tan pronto. Hay que tomar conciencia de que nada de lo que ocurre es casual, al menos en la medida que los gobiernos pueden controlarlo, e igual que tutelan a la economía española para alejar el riesgo de una asistencia directa, tratan en lo que les resulta posible, de mantener viva la ficción de que Grecia podrá hacer frente a la deuda. En verdad, nadie sabe como se va a pagar la deuda de los países desarrollados. Pero eso ya se verá.

Lo conveniente ahora es preguntarse: ¿Habrá cambiado algo importante esta semana como para que consideremos que nos esperan meses sustancialmente distintos en cuanto al comportamiento de los mercados financieros? Es muy probable. Siendo verdad que EE.UU. tiene problemas, no son menores los que hay en Europa. Pero hasta la fecha, todo en los mercados parecía recordar a los buenos tiempos, con percepciones de riesgo muy bajas, volatilidades en mínimos, y hasta juegos de carry trade en los mercados de divisas. La gasolina que alimentaba todo esto, era, y todavía es, la liquidez arrojada a cubos llenos por los bancos centrales. Ahora, al menos en el discurso, se han puesto más campanudos, y todos los actores tienen que incorporar en sus ecuaciones que ni será tan fácil, ni tan barato, disponer de la liquidez que aún abunda. La consecuencia es que muchos se pondrán más nerviosos, y querrán salvar lo suyo. Atención.

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