jueves, 31 de mayo de 2012

SU PROBLEMA, NUESTRO PROBLEMA


Estando anteayer en un programa de radio, su director me mostró con satisfacción el espectacular repunte de audiencia que nuestro encendido debate sobre el Gobernador del Banco de España estaba generando. El gráfico reflejaba la evolución de la audiencia en tiempo real. ¿Cómo es posible? le pregunté. Me contesto que el sistema, partiendo del tráfico en la web del programa, y mediante coeficientes multiplicadores era capaz de estimar la evolución de la audiencia, no tanto en valores absolutos, como relativos. Y efectivamente el ascenso era significativo. La audiencia estaba interesada. 

Si exportamos la correlación, estos días hemos tenido que responder a un importante aumento de las preguntas relacionadas con la seguridad del sistema financiero español con el foco puesto en Bankia y centradas en la seguridad de depósitos y cuentas corrientes. Seguramente, el sistema de cálculo de la audiencia de la emisora de radio nos diría, tras aplicar los correspondientes coeficientes, que estamos asistiendo a un fuerte ascenso, casi vertical, de la salida de capitales del sistema financiero español. Ya hemos hablado de esto referido a patrimonios importantes, pero ahora, afecta a personas de patrimonios más modestos que nunca hubiesen pensado en preguntarse acerca de esto. Imaginemos cual es la actitud de los grandes capitales y caeremos en la cuenta de que un país cuyo sistema financiero sufre tal desgaste, está en una situación que no puede prolongarse mucho tiempo. Estamos pues en una situación extremadamente delicada, que exige de algún evento de gran magnitud que cauterice la herida. ¿Por qué no es posible frenar desde Europa aquello que el Gobierno español ya se ve imposibilitado de frenar? Resulta difícil asumir que sea una cuestión de indiferencia o algún modo de castigo ejemplar, pues si Lehman fue un evento sistémico, que podemos decir del sistema financiero español. Los norteamericanos empezaron por retiran activos tóxicos, pero acabaron entrando en el capital para poder utilizar el poder de apalancamiento que eso ofrece. La entrada en el capital es clave. De donde salen los recursos, es la pregunta del billón. Si Europa no resuelve pronto la forma de entrar en el capital de sus bancos, el frágil sistema en el que se apoya el euro arriesga con colapsar.

Hay una fuerte presión para que el BCE compre deuda, pero asumamos pronto que es más que posible que el ciclo de inestabilidad, miedo, reuniones, esperanza, y desencanto que caracterizó las respuestas desde 2010, esté ya agotado. Ahora, tras el cambio político en Francia, en Alemania ha llegado el tiempo de decidir. Su problema, nuestro problema, es que se ven cogidos en una trampa en la que están obligados a elegir entre asumir un importante grado de mutualización de deuda, que será más exigente cuanto mayor sea el tiempo que pase, o afrontar la probabilidad muy alta de una ruptura del euro que despierte los monstruos que las voluntaristas decisiones que envolvieron su creación, intentaron enterrar. No hay mucho tiempo para demoras. Si eligen esperar, tenemos por delante un futuro muy comprometido. Hasta aquí hemos llegado y aunque no me gusta, sospecho que así estamos.

miércoles, 30 de mayo de 2012

NO SERA UN VIERNES CUALQUIERA


La situación que atraviesa España está para pocas bromas, y tampoco está como para dedicar demasiada atención a las formas, que requieren de un análisis que se valora más en clave interna que externa. Eso no quiere decir que los posibles errores de comunicación carezcan de importancia, porque en economía nada es gratis, y hoy, la política es también economía. 

Nuestro país está ante un momento decisivo. Lo está Europa, pero España es la parte de Europa que tenemos mas cerca. El Gobierno está actuando, y en lo que importa, nos va a todos mucho en que acierte. No es que quepan demasiadas alternativas entre las que elegir, de modo que tampoco hay demasiado que discutir, y de hecho, si lo que se desea es mantener a España en el seno de la Eurozona, y recuperar un equilibrio que perdimos durante los años del endeudamiento excesivo, lo que está haciendo el Gobierno, es lo que hay que hacer. Sin una política de reequilibrio fiscal, que controle el crecimiento de la deuda, y que mantenga su coste por debajo del crecimiento nominal, no hay salida de esta situación en el marco de la moneda común. Hoy resulta fácil de decir por evidente, pero los fallos de diseño del euro, son responsabilidad del conjunto de sus miembros, y corregir estos errores en este momento es extraordinariamente difícil y arriesgado, pero no hay opción. Por eso que España pena por nuestras culpas, pero también sufre a consecuencia de los errores que los diseñadores del euro creyeron que serían subsanados con la buena voluntad y que en parte explican porque los desequilibrios parecieron menos importantes de lo que han resultado ser.

La prima de riesgo alcanza niveles de alarma. Eso lo creen los ciudadanos porque así se lo contamos los que debemos de saber por qué esto es así, pero sus particulares primas de riesgo les advierten de otras muchas formas cada día. El desempleo propio o de algún próximo, el cierre de negocios, la respuesta de los bancos cuando intenta un crédito, la sensación de amenaza sobre sus ahorros, todo eso y más, forma parte de la particular prima de riesgo de cada uno. La crisis de Bankia ha despertado mucha inquietud. Es un evento sistémico que el presidente del Gobierno pretende resolver sin recurrir a la ayuda de los fondos creados para ello en la Eurozona. Lo insistía anteayer en un lugar quizá poco apropiado, pero en otras ocasiones ha sido criticado por no responder cuando la situación era de máxima tensión. En esta ocasión eligió hacerlo, y es posible que no fuese el lugar mas apropiado, pero ¿quien sabe con exactitud cuando es en verdad apropiado? ¿lo hubiese sido si hubiese evitado comparecer?
Estamos ante días decisivos para el futuro, nuestro y posiblemente el de unas cuantas generaciones. No dedicaré el tiempo a las formas. España está haciendo un esfuerzo enorme. El Gobierno decide como repartir el esfuerzo. No es menor la parte del esfuerzo que supone sostener el euro. De los 17 actuales miembros somos el cuarto país por tamaño, y no menos por historia. Por eso el peso que sentimos es también proporcional a esa representación. Se ha hecho mucho, y eso dará réditos. Pero si hay ahora algo absolutamente crítico, es que el euro sobreviva a sus errores. Por eso el presidente no ha querido esperar para pedir que se considere al euro algo irreversible.

Cada uno de los viernes de las próximas semanas, serán momentos complicados, pero no porque el gobierno celebre Consejo, sino porque si hemos de tener un gran evento en la Eurozona, posiblemente su anuncio se hará un viernes. Cualquiera, empezando por el de esta misma semana.

jueves, 17 de mayo de 2012

TRATAR LA ANSIEDAD


Es irrelevante en esta fase si el desencadenante de la mayor preocupación es Bankia, o es Grecia, o la culpa es de Krugman con su advertencia sobre un corralito, o del Gobierno por su aparente desconcierto.  Lo relevante es que existe un grado de inquietud lo suficientemente alto como para que los que tenemos obligación de estar con los cinco sentidos en lo que ocurre, tengamos que reconocer que el rumbo necesita ser ajustado, porque de otro modo nos dirigimos a un choque violento. ¿Cuál es el aviso concreto?
El euro amenaza con descarrilar. Ante una posibilidad así no es demasiado lo que pueda salvarse.  Abrir una cuenta fuera de España y transferir allí tesorería disponible por si se reestablece algún modo de control de cambios, puede hacerse.  No es un procedimiento en el que los bancos ayuden mucho, pero es libre.  En los últimos días se lo han preguntado muchos. Se puede sacar libremente dinero de España, pero ¿dónde llevarlo? ¿a que banco? ¿a que país? ¿en que moneda? No se puede dar una respuesta universal, pero si de sentido común. Mediante simple transferencia, a un banco sin exposición soberana, a un país de la Unión donde el riesgo de que lo inmovilicen sea el menor,  en euros, y por supuesto en liquidez.  Fin de la historia. El coste de hacer esto es más emocional que de efectivo, pero incluso entre quienes ya lo han hecho no hay una proporcional reducción de la ansiedad. Siempre cabe preguntarse si habría que sacar más, o irse más lejos, o si comprar dólares, o si realmente es seguro el Deutsche Bank o el Citibank, por citar a dos de los grandes. Si la preocupación es alta lo mejor es hacer algo. “Tengo a mi hijo en Singapur, ¿puedo transferir una cantidad importante a su cuenta?” Claro que si. Solo se precisa cumplimentar un formulario (DD1) que sirve para comunicar apertura y cierre de cuentas en el exterior y que habrá que presentar ante el BdE. Así de simple. ¿Y una persona jurídica? También.
Grecia nos ha arrastrado hasta aquí, y la política no ha encontrado aún la forma de liberarse. Nos hemos enredado y nadie tiene seguridad sobre lo que va a pasar. Tampoco el Gobierno. El BCE, como único proveedor del analgésico que se precisa, tiene que suministrarlo, y pero ha de hacerlo cuando pueda ser efectivo. Hay desconcierto y errores de interpretación, -peor o mejor intencionados- en medios que siempre están muy bien informados, pero que ahora generan confusión: Reuniones de emergencia, retirada de financiación del BCE a bancos griegos, recortes de calificación a 21 bancos españoles. En fin, es difícil abstraerse. Son consecuencias “normales” de la amenaza del llamado Grexit. Hay que intervenir y sanar la EZ extrayendo a Grecia. Después el BCE en compañia de los demás bancos centrales habrán de cauterizar la herida y confiar en que no tengamos una hemorragia.
Pero por si las dudas: antes volará por los aires el euro que España sea expulsada. Y si España no es expulsada, habrá euro, y si hay euro no habrá corralito.      

sábado, 12 de mayo de 2012

AHORA EN MDCTV


"La ciencia avanza que es un barbaridad"  Antiguo, pero actual.

Resulta que además de un Blog, y su cuenta en twitter, @JMPazosRoyo, el Economista Asimétrico, goza ahora gracias a la idea y generosidad de Alex Hurtado de un CANAL de TV para utilizar como tribuna. Por medios que no sea. Dar contenido de interés es el reto. Seguiremos intentándolo. El objetivo: Que el Economista Asimétrico acabe siendo un equipo. ¿Quieres participar? Dínoslo.

Aquí tienes el enlace

http://mdctv.adnstream.com/canal/El-Economista-Asimetrico/

Saludos

El Economista Asimétrico

martes, 8 de mayo de 2012

BANKIA


Ha sido tan sonado, que poco más le voy a contar sobre la dimisión del Presidente de Bankia que no esté ya dicho o escrito. Sorprende el tirón que la noticia ha tenido en España, y lo poco que, al final de la tarde de ayer, se hablaba de esto en los mercados. Y es que la capacidad de devorar políticos que tienen estos tiempos, no respeta a nadie. Y el ex presidente de Bankia era un gestor; un gestor político.

Donde si se hablaba de esto ayer era en las empresas. Tanto más cuanto más vinculadas están al grupo dirigido por Caja Madrid. La inquietud es lógica. No tanto porque la salida de Rato suponga que la entidad pueda quebrar, que no es el caso, sino por la percepción de que la crisis de Bankia abre un nuevo periodo de incertidumbre sobre el difícil panorama del sector financiero. No quería el Presidente del Gobierno un banco malo, pero lo escribimos aquí hace casi un mes: Habrá que arriesgarse a un programa urgente de recapitalización del sistema financiero, …habrá que crear un banco malo. El viernes el Gobierno legislará la figura pensando en y para Bankia. La entidad es grande y las nuevas instrucciones tardarán un tiempo –no mucho- en llegar a las oficinas, pero sin duda significarán más “noes”, más silencios, y más problemas.

Sin embargo, celebremos lo bueno de un banco malo. Es una solución que ha funcionado bien, pero a la que ha de aplicarse el principio básico en economía de “nada es gratis”. Apartar activos es simplemente eso, pero mediante esa solución, puede acelerarse el acercarnos a un momento cero de la concesión de crédito, entendido como punto de inflexión. El revés de Bankia y las decisiones que ahora fuerza, como ocurrió hace unos días con el anuncio de subida del IVA y descenso de las cotizaciones sociales, nos llevan en dirección a la política en la que más cree el Ministro de Economía. Por qué hemos tardado es algo que habrá que preguntarle cuando esté en condiciones de responder. El hecho Bankia, supondrá problemas para sus accionistas, bonistas y clientes, pero ayudará al sistema financiero una vez que pueda ser digerido. Es el principio del fin del café para todos. O debería serlo.

En Europa y los mercados han estado más ocupados con Grecia y con Francia. Ficht ya se ha ocupado de anunciar que la elección del candidato socialista no tiene implicación alguna en la calificación AAA con perspectiva negativa que ahora tiene el país. El nuevo Presidente toma el mando el martes 15 y tiene elecciones parlamentarias los días 10 y 17 de junio. Será un intervalo de tiempo interesante, porque hay una amenaza seria de fuerte avance de la extrema derecha, partidaria como en Grecia de la ruptura del euro. ¿Se “esconderá” el Presidente, o hará anuncios en línea con su discurso a favor del crecimiento? No hay demasiado donde rascar, al menos no sin el concurso de los alemanes, porque casi todo lo que el Presidente francés tiene entre manos a este respecto se refiere a lo que hay en las distintas cajas europeas cuya llave comparte. En Grecia, lo esperado: no hay trazas de formar Gobierno, y en el FMI aun confían en que no abandonarán el euro.

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En estos dos enlaces encontrarás una reflexion más sobre el caso de Bankia publicada por los diarios regionales del grupos Vocento y un perfil particular de Rodrigo Rato publicado por el Grupo Diario Crítico:

http://www.laverdad.es/murcia/v/20120508/economia/quien-defiende-ahora-bankia-20120508.html

http://www.diariocritico.com/opinion-analisis/jose-manuel-pazos/411709

jueves, 3 de mayo de 2012

ALGO DISTINTO



Los síntomas son los de siempre, pero no. Estamos ante de un final de fase, la de la austeridad fiscal como eje de la política europea. ¿La razón? No tanto un cambio de criterio, o la victoria de unas determinadas tesis sobre la forma de conducir hacia la salida de la crisis, sino la creciente evidencia de que la probabilidad de que los países de la eurozona pongan en orden sus finanzas públicas al ritmo pretendido se va esfumando a igual velocidad con la que, por diversos medios, los responsables políticos acusan recibo de mensajes de rechazo de la población expresados por múltiples vías. Se toma conciencia de que estamos cerca de que emerja el muro de la contestación social. Esto obliga a modular el mensaje de restricción y a poner el acento en estimular el crecimiento. Observemos y veremos que eso es lo que está pasando en toda Europa. La consecuencia la señalaba la semana pasada el Presidente del Parlamento Europeo: “un colapso de la UE es posible”. En prevención, se prepara una cumbre informal de líderes europeos para trabajar sobre medidas para estimular el crecimiento. ¿Pero cómo?

Durante décadas el crecimiento se apoyó en el crédito, alimentado por una política monetaria ultra expansiva; y las deudas del sector privado se dispararon. Con la crisis, el crecimiento se buscó a través del estímulo mediante el gasto público. Se dispararon entonces las deudas de los Gobiernos. Buscaron apoyo en los ya maltrechos bancos, y la situación empeoró. Nadie presta, y los bancos están en precario, en medio de un repliegue a sus propios mercados. La banca global da un serio paso atrás. Estamos en un proceso inquietante de desglobalización financiera. España, como otros países, está muy endeudada, de modo que parece lógico ahorrar, pero los ciudadanos empiezan a manifestar resistencia. Difícil. El crédito no es opción. El gasto público no es opción. Solo quedan las reformas estructurales, pero su resultado es demasiado lento. Pero volver a crecer tiene un precio, y encontrar quien lo pague no va a ser fácil. Los deudores se sienten cerca del límite y la presión bascula hacia los acreedores. Por eso que aunque nos parezca que lo que ocurre ya lo hemos visto, la verdad es que estamos ante algo bastante distinto. En Alemania, que ve como sus sindicatos piden alzas salariales superiores en algunos casos al 6%, recelan de la política del BCE. En Latinoamérica los gobiernos de corte más populista desconfían de la capacidad a medio plazo de su principal inversor y, a su manera, quieren recuperar el control de sus recursos energéticos que hacen de la región la segunda potencia petrolera del mundo. Por si solas, las reservas venezolanas superan a las de Arabia Saudí. No hay casualidades.

El Presidente del Eurogrupo finaliza ahora mandato y se va, manifestándose harto del eje franco alemán, pero es posible que sea un alemán quien le suceda. Europa parece dispuesta a poner en juego sus “reservas” de todo tipo para dar una esperanza más al euro, pero hace falta que no se rompa la dinámica de austeridad fiscal. Si los inversores siguen huyendo de Europa, el salto adelante que se precisa para salvar al euro, va a ser cada vez más largo y quien sabe si menos posible.