domingo, 24 de febrero de 2013

EN REALIDAD ESTA MUERTO


Tiempos revueltos, sin duda, pero hasta ahora bajo el efecto analgésico de los bancos centrales, que como en el caso de la FED han multiplicado su balance hasta los 3 trillones (americanos) de dólares, de los que 1,7 trillones son deuda pública americana.   No es menos aparatoso el incremento de balance del BCE como tampoco, relativo a su tamaño, el del Banco de Japón o el del Banco de Inglaterra. 

Lo curioso es que al menos al BCE las cuentas le salen. Acaba de  saberse que las compras de deuda soberana le han supuesto en 2012 unos ingresos por intereses de más de 14.000 millones de euros, de los cuales se queda una  parte y retorna el grueso a los bancos centrales de cada país.  No se había publicado nunca tanto detalle de sus operaciones como ahora se ha sabido, incluido el salario base de su Presidente que fue en 2012 de 375.000 euros, más del doble de los que recibe el Presidente de la Reserva Federal, aunque bastante menos de lo que va a recibir el nuevo Gobernador del Banco de Inglaterra. No es caro para unos personajes que, desafiando a lo desconocido, han logrado hasta el momento evitar la catástrofe que hubiese asolado a muchos países.

Aprovechemos no obstante para recordar la naturaleza paliativa de sus políticas, y para tomar conciencia en el caso europeo, de que a pesar de todo lo que el BCE ha hecho para salvar al euro, la supervivencia de la moneda única no está garantizada. De hecho, como dice más de un economista, el euro está en realidad muerto. Basta comprobar la fragmentación de los mercados y la ausencia de operaciones transfronterizas. 

No está de más recordarlo por si alguien lo había olvidado.  

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